Anoche mi cabeza, que se ve que tiene grabado el 20 de junio
en el subconsciente (igual que el 10 de noviembre y el 2 de abril), soñó que me llamaba por teléfono uno de
mis preparadores y me regañaba porque no estaba yendo a cantar. Y de pronto me
agobiaba muchísimo y me decía a mí misma ¿qué
te pasa por qué no estás yendo a cantar? Y me ponía a organizar temas para
ir a la academia hoy martes, sin falta, con al menos seis temas preparados.
Me desperté mientras repasaba en mi cabeza los recursos, que
eran los temas que supuestamente tenía que cantar hoy, y me ha costado unos segundos volver a la
realidad y decirme a mí misma: No más cantes, HAS APROBADO. Y aunque la lista de los que superaron la
oposición ya salió hace un par de meses, esta mañana, por si acaso, la he mirado
(otra vez) y ahí sigue mi nombre. :) :) :)
Un año y un día después de ese primer examen. Un
año y un días después … he pensado que
igual era buen momento para hacer esta entrada:
Mi parte favorita de los libretos de los discos siempre son
los agradecimientos, pues hoy quiero hacer mis propios agradecimientos como si
acabara de sacar un disco. Un disco de los bonitos, de esos que también tienen edición
en vinilo y la foto de la portada me gusta tanto que acabo poniéndola de fondo
de pantalla en el móvil.
Allá vamos…
Agradecimientos esenciales (no sería posible sin ellos)
Gracias a mis padres y a mi hermana, porque nada tiene
sentido sin vosotros.
Gracias a C y a I, los mejores preparadores del mundo para
mí. Por confiar en mí siempre.
I, por el día que canté el tema 27 y me aplaudiste al
acabar, por rezarle a Santa Gema por mí, por las veces que me repetías “ya lo
tienes hecho”
C, por la lata que te he dado, por esas conversaciones de besugos
en las que siempre ganabas tú y que iban más o menos así:
- - Y, ¿si suspendo?
- - Y, ¿si apruebas?
- - Ya… pero y si suspendo ¿Qué hago?
- - Y, si apruebas ¿Qué haces?
Porque cuando entré al Tribunal escuchaba tu voz en mi
cabeza diciendo “te sabes todos los temas, así que da igual la bola que
saques”. Y así metí la mano en el saco, pensando “da igual, porque cantaré lo
que sea”. Gracias por tener siempre la palabra adecuada.
Agradecimientos (segunda parte)
A mi familia, los de un lado y los de otro. Especialmente: A
mis abuelos, los cuatro porque todos
están cuidándome. A C por el azabache, por recorrer tiendas buscando una
“chaqueta marrón”, por las energías positivas que con tanto cariño me mandas
;). A L por tus dibujos de tréboles, los tuyos son siempre mis dibujos favoritos.
A mi Primi’s team. Por el día a día, por las pelis, por el
juego de los monos en el que me hacéis trampa, por las cenas, por las quedadas,
por las rutas por Madrid de 20km, por el perrito que no tiene gracia que siempre
mandáis al whatsapp, por las veces que quedamos para poco rato y nos dan las 3
de la mañana arreglando el mundo, por el gen del “a mi me da igual”, por La
Mordida y el queso, por las partidas al Mario Bross (Super primis bros), por dividir una croqueta mini en cuatro trozos. Porque sin vosotras
no sería yo. Porque si estoy a vuestro lado CUALQUIER GLOBO PODRÍA VOLAR ;)
A mi CBS, pack de zumos SIEMPRE. Porque ahí estabais según
puse un pie en Getafe el día que aprobé el examen oral para darnos un gran
abrazo (muy de peli americana corriendo por la calle con las brazos abiertos).
Porque encontré la definición de amistad aquel día volviendo de la academia que
llovía a mares y vinisteis al metro a buscarme con un paraguas.
A B, que está en todas
las categorías de agradecimientos, por todos los viernes de pelis,
paseos, meriendas, exposiciones, conciertos. Y lo que es mejor, por todos los
que vendrán. Por tu serenidad. Por tu apoyo. Debería haber ya una ley que haga
obligatoria la existencia de primas como tú. Por el colgante y esa frase “no
hay puerta que se te resista”. Gracias
A mis dos S, la familia a veces no es de sangre.
S por tus consejos “futbolísticos” (“primero piensa en la
champions, después del partido pensamos en la temporada que viene”), por tu
grandísima iniciativa de un recuerdo al
día que me hizo reír todos los días de esas dos últimas semanas tan angustiosas
(“no os bajéis que dice mi madre que esto da la vuelta” jaja)
Mi otra S. Siempre ahí, al pie del cañón, incondicional como
solo tú sabes serlo. Creo que estuve cerca de dos meses sin verte y no faltó ni
un solo día un mensaje/fotos/audio (tus desventuras en pilates jaja)/video tuyo.
Y sí, llevabas razón, Noa traía la suerte.
A C por los emoticonos del puñito y la cara de angustia que
cambiamos ahora por el de la flamenca, porque nadie entendía el sufrimiento de
la última etapa (bueno...de todas las etapas) como tú. Por las largas conversaciones telefónicas a ratos mal yo a ratos mal tú, porque somos un ente muy bien equilibrado. Por ser mi último abrazo antes de entrar al test. Creo que esos tres abrazos de los tres test que hicimos juntas serán, para toda la vida, de mis abrazos favoritos. Por
el camino que sigue conjuntamente, siempre es un placer ir a tu lado.
A J por ayudarme a superar el tourmalet, por estar “etapa a etapa”, por agotar los dibujos de trofeos, medallas y palmas en cada cante. Por darle relatividad a la oposición cuando a mí el agobio se me iba de las manos. Sí, al final, sí que llegué París, como tú decías.
A CLA por ese martes improvisado en Getafe que fue una
inyección de energía. Por las pegatinas de ánimo en la agenda de L. Por
pinki y serebro, conquistando el mundo
(o cantando como locas canciones de Grease)
A P por ser tan Phoebe como para no saber quién es Phoebe. Porque cuando tomamos café me sigues guardando tu azucarillo.
A mi iuexaroa… por las canciones,
poemas, fotos, por las risas… sobre todo por las risas. Las semanas pre exámenes
no miraba el whatsapp salvo que el mensaje fuera vuestro, porque si era vuestro
sólo podía servir para sonreír.
Al eje por el 2015: el año de “empujar”. Porque empujando todos juntos cuesta menos. Por el último empujón de noviembre que
nos dio a la bebé más bonita. Porque el día antes del tercer examen el mejor ánimo
fue una foto de ella sonriendo con esos ojazos azules.
A mis opocompis, porque una palabra, un abrazo vuestro al
salir de cualquier cante resultó ser la mejor cura de todo agobio. Porque como
siempre os digo, he sentido que opositaba en equipo. Tengo plena confianza en vosotros. Sé que lo conseguiréis. En unos años nos
llamaremos de juzgado a juzgado.
A los preparadores de la academia que no eran los
míos pero que siempre se portaron como si lo fueran, que se preocuparon y se
siguen preocupando por mí.
A I que resolvías pacientemente todas mis dudas también si eran del estilo:
en el caso de que llegara un ovni y destruyera la oficina judicial, ¿tú crees
que habría aplazamiento? Gracias, eras la voz de la cordura entre tanta
paranoia mental que tenía.
A V porque nunca podía quedar y aún así ahí seguías tú,
siempre mandándome cariño.
A E que nunca lo entendiste pero me deseabas lo mejor.
A los que se me hayan olvidado, también gracias,
Agradecimientos (tercera parte)
Mientras escribo estos agradecimientos pienso que mi amiga
Cris si los lee me mandará el emoticono del fantasma seguido de la frase “camisa
de fuerza, YA”...
Cuando estudiaba para el test y cuando estudiaba para el tercer ejercicio se escuchaba por la ventana el canto de un pajarillo que me
alegró muchas mañanas. Pues gracias a él por la Banda Sonora.
Y seguimos con los animales, estudiando para el
examen oral vi varias veces por la ventana a un gatito negro delgaducho. Me gustaba verle caminar entre
los coches mientras yo cantaba temas. La última vez que le vi ya no estaba delgaducho y tenía un amigo de color gris. Se ve que no nos ha ido nada mal a ninguno de los dos :)
Mi vecina de enfrente vino un día a casa a regalarme una
edición muy bonita de la Constitución de Cádiz de 1812, era de su marido y me dijo que estaba segura de que yo la cuidaría. Creo que
también me dio suerte y, por supuesto que la cuidaré con mucho cariño.
y claro... A la música que me ha acompañado siempre.
“Tuve que ir y volver a la luna
Perderme y jugarme la vida
Tuve que andar al revés
Y volver a aprender
Lo que ya conocía
Tuve que ir y al volver de la luna
Después de jugarme la vida
Supe que a veces, tal vez,
HAY QUE DEJARSE LA PIEL”