miércoles, 22 de junio de 2011

(APLAUSOS) QUIQUE GONZÁLEZ (APLAUSOS)

Yo siempre pensé que los aplausos, todos los aplausos, eran más o menos parecidos (tampoco tiene mucho misterio: una mona choca con la otra, una mano choca con la otras, etc. etc.) Ayer descubrí que los aplausos pueden tener intensidades, tiempos, emoción…

Ayer era el último de los cuatro conciertos que ha dado Quique González en el Teatro Bellas Artes. Era el último pero fuimos los primeros en comprar las entradas, que se agotaron en pocos días. A lo mejor por eso antes de las ocho ya estaba la puerta del teatro llena de gente esperando… Yo entre esa gente ¡claro!... porque teníamos muchas ganas de verle :D

Cuando por fin entramos (abrieron las puertas bien pasadas las ocho) un aroma a alcantarilla impregnaba todo el teatro… Menos mal que rápido vi el micro, el contrabajo de Jacob y el piano en el escenario y me olvidé del olor.

Pasadas las ocho y media salieron los DESBANDADOS al escenario y empezó el concierto.

Quique se turnaba las guitarras y el piano. Y con pocas palabras o ninguna pasaba de una canción a otra con cuidado, con mimo, como sólo él sabe hacer. Pasaron por sus manos y por mis oídos: Ayer quemé mi casa (“de Salitre, que creo que es un disco que os gusta” decía él y el público sonreía), Discos de antes, Todo lo demás, Días que se escapan, Kamikazes enamorados (“del disco Kamikazes que era así, más acústico, para los que no los conozcáis” y el público reía otra vez. Qué gracioso pensar que alguno de los muchos admiradores que estábamos allí no conocía muy pero que muy bien Salitre o Kamikazes ;), Adelita con César Pop al piano, dos bonitas versiones: Estos días de Enrique Urquijo y Hoy puede ser un gran día de Serrat, La cajita de música… Sin sorpresas. Sin sorpresas me refiero a que ya él advirtió que era un repertorio de caras B, de canciones que no solía tocar, de versiones, de inéditas… y así fue. Aunque, al menos yo, no esperaba Día de feria que la tocó al final con su ya tradicional guiño a Chaouen.








Yo, fiel lectora del foro de Quique (aunque jamás escribo), había leído las impresiones de otros compañeros de música que decían que Quique tenía fallos en las letras, que estaba tocando tanto últimamente que no se sentía ya la magia esa que envuelve sus conciertos, que el tono en general era bajo, que el público estaba frío… Bueno es verdad que todo esto era de conciertos pasados de esta gira DESBANDADOS en los que yo no estuve, pero no estoy muy de acuerdo. Al menos no fue así en el concierto de ayer.

Fallos en las letras, ninguno. Salvo un mínimo desliz en Doble Fila por el que pidió perdón, aunque no hubiera hecho falta. Con pequeños cambios y guiños en canciones, que a mí personalmente me gustan mucho. Esas pequeños detalles los da un directo y no los da un cd.
La magia se respiraba a cada instante, en cada rincón, en cada butaca.
Su voz preciosa, más bonita que nunca diría yo. Sin banda se le escucha más, mucho más, y a mí su voz me encanta
Y el público… es cierto que no cantaba/mos mucho/nada y es verdad que Quique llego a decir “no estáis enfadados ¿verdad? Es que estáis ahí, tan serios”, pero yo puedo asegurar que no era enfado y creo que tampoco era frialdad ni distanciamiento, era todo lo contrario, que el teatro era pequeño, que él estaba tan cerca, que todos lo admiramos tanto que casi no nos atrevíamos a respirar fuerte por miedo a que se oyera demasiado y que pudiéramos desconcentrarle.



Pero la gente le demostraba su cariño en modo de aplauso (un gran descubrimiento esto de medir los aplausos). Los aplausos después de cada canción eran atronadores, interminables. Desde mi fila 15 podía ver gente que alzaba las manos al aplaudir como si subiendo las manos se aplaudiera más alto. Aplausos intensos, aplausos que contenían emociones, que no se agotaban hasta que no arrancaba la siguiente canción o algún comentario de Quique.

La gente le pidió bises (dos veces) con aplausos, no pedían otra, no chillaban su nombre… pero nadie dejaba de aplaudir hasta que no volvía al escenario y entonces… entonces aplaudían más fuerte.

La gente respondía a sus pocos comentarios con aplausos, con más y más aplausos.

Cuando se despidió, tras Día de feria, el Teatro en pie aplaudía como si le fuera la vida en ello. Él daba las gracias y señalaba a Jacob (muy típico de Quique. En todos los conciertos que he visto de él, jamás se hace protagonista, siempre siempre señala a la banda y ahora, en DESBANDADOS, se lleva Jacob todo el cariño). Los aplausos se prolongaron varios minutos y hasta que él no se fue del escenario, nadie se fue del Teatro ni dejó de aplaudir tan solo segundo.



No sé que impresión se llevo él, pero yo nunca había escuchado aplaudir de ese modo y, claro, salí encantada del concierto, aunque es cierto que (como ya he dicho alguna que otra vez) me pierde la subjetividad en estos casos… Espero que él se lleve guardados los muchísimos aplausos y que los reparta con Jacob.

Ahora Quique nos deja por un tiempo sus canciones para que se las cuidemos mientras él y Jacob se van a “hacer las Américas o a que las Américas les hagan a ellos” ;) , “Las dejo en buenas manos” nos dijo.



1 comentario:

  1. Me encanta!!yo también suelo escribir mucho sobre Quique...te dejo mi Blog
    http://demilsaboresele.blogspot.com/

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