martes, 11 de mayo de 2010

LEYES DE MURPHY

Hace unas semanas parecía que había llegado el buen tiempo, hacía calor, había que ponerse las gafas de sol o ir con los ojos engurruñados por la calle, se podía hacer la sobremesa en el jardín en vez de dentro de la cafetería de la Uni… me creí que ya estaba aquí el verano y esto hizo que me levantara una mañana y dijera “vamos a reorganizar el armario”: camisetas de manga corta, tirantes… todas a mano que ha llegado vuestra época. Botas, jerseys… arriba del todo que este invierno buen uso os he dado ya.


Justo al día siguiente de mi reorganización, por una Ley de Murphy meteorológica que debe existir, volvió el frío (debe ser la misma que hace que la gente diga “siempre que lavo el coche, llueve”)... así que me levanté a la mañana siguiente y dije “nada de manoletinas, ¿dónde están las botas?” y ¡claro! como las botas no bajan y suben solas del armario, seguían estando allí arriba donde yo las coloqué… en un momento de coherencia me dije a mi misma “no llegas, ve a por un taburete o algo para subirte” pero luego mi neurona-vaga decidió que no, que si me estiraba un poco… quizá... rocé la caja de las botas con los dedos, me estiré más, ya casi la podía coger, me estiré más (de hecho, creo que crecí al menos un par de centímetros de tanto estirarme) "la tengo"…tiré de ella y “pataplún”... cayó la caja, las botas, una carpeta que, también por algún tipo de Ley de Murphy, estaba abierta… y ¡todo esparramado por el suelo!


¡No sabéis que lejos estaba el suelo ese día! Tened en cuenta que yo había crecido un par de centímetros, lo mínimo…
Mientras bajaba hacía el suelo, pensé (sí, claro desde mi altura de 1’63m, más el par de centímetros que había ganado, me dio tiempo a pensar mientras me agachaba) “que es eso que sobresale de la carpeta” y cuando, por fin, llegué al suelo, se me olvidó que lo que yo quería en realidad era coger las botas y lo primero que cogí fue eso que salía de mi carpeta roja… y allí estaba él: ¡¡¡MI PRIMER DISCO!!! (de vinilo, ¡que mayor soy!) Te huelen los pies de Emilio Aragón… estuve un rato sentada tipo indio sonriendo al disco, al Emilio Aragón de la portada, a la Cristina de tres o cuatro años que lo escuchaba. Era bien pequeña y me sabía al dedillo todas sus canciones y, aunque dudo que la entendiera por la edad, siempre tuve especial cariño a 422 de Berlin.

¡Qué ilusión más tonta me ha hecho reencontrarme con ese disco, reencontrarme con mi yo pequeñita!


Cuando lo he colocado otra vez todo arriba del armario, he metido el disco en la carpeta y la he dejado abierta… porque seguramente cuando vuelva a cambiar el tiempo y vuelva a subir las botas, mi neurona vaga podrá con las demás y lo intentaré colocar estirando mucho el brazo, seguramente lo tiraré todo, seguramente saldrá disparada contra el suelo la carpeta, seguramente le echaré la culpa al pobre Murphy (que no se queja) de que la carpeta siga abierta, seguramente volveré a sonreír al reencontrarme con mi primer disco, con mi yo de niña... conmigo misma al fin y al cabo, porque tanto tanto no he cambiado… sigo teniendo un cariño especial a Emilio Aragón y sigo sabiéndome 422 de Berlín igual de bien que me las sabía entonces…


2 comentarios:

  1. AAAAAYyyyyyyyyyyy, q recuerdosss!!!!!
    yo tb lo tenia, pero en cassette y no se las veces que pude escucharlo!!!
    recuerdo que mis primeros "amigos musicales"
    fueron emilio aragón y xuxa!!!!

    A mi tb me gustaba 422 de berlin!!!!

    cuuuaaaakkkk

    ResponderEliminar
  2. jajaj compartimos nombre y banda sonora, y ahora mucho más desde q te has convertido al "rafaponsismo"
    aahh venga no digas q no, si lo cantas por las mañanas!! "coño q frío hace en la ciudad..." jajajaja

    emilio aragón sigue siendo un crak!!!!!

    ¿¿qué fue de xuxa y su ilarilarieh! (o algo así) jajajajja?

    ResponderEliminar